Sentado junto a mi hermano, Juan Luis. Así recuerdo gran parte de la niñez. Ambos en un escritorio largo que nuestra madre compró para que no perdiéramos la afición por dibujar "historietas". A los cinco emborronaba papeles y a los dieciocho ya trabajaba ilustrando enciclopedias. Autodidacta y versátil, he compatibilizado la ilustración educativa con el mundo del cómic, cuentos infantiles, portadas de novelas, caricaturas, ilustración publicitaria y diseño multimedia.
Quizá esté de más decir que soy un tipo cercano, de esos que no se creen iluminados por un rayo cósmico. Tal vez esté fuera de lugar afirmar que lo que siento cuando dibujo es comparable a escuchar un buen disco de Bowie o a ir de cañas con los amigos.
Por eso no lo voy a decir. Me quedaré aquí callado mientras ojeas este pequeño bagaje de mi vida. Esperaré mudo a que sientas las mismas ganas que yo de conocerte, y entonces sí. Hablaremos de proyectos, te ayudaré a conseguir lo que necesitas, haremos grandes cosas y, tal vez, algún día escuchemos juntos Ziggy Stardust, o mejor aún, lo celebraremos tomando unas cañas donde tú elijas.
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